martes, 22 de octubre de 2013

Caminando: Hulk al asecho

He pasado más de un mes lejos de mis letras del blog, pero créanme que ha sido el mes más difícil desde que soy mamá. Y eso que les conté mi travesía cuando escribí "Lo peor, lo hice", pero después de ese día y el hecho de que el Little Monster no sólo comenzará a caminar, sino que descubriera el gozo del correr y ahí inició mi vida sin tiempo...

A eso hay que añadirle que he estado hasta el tope de trabajo y tengo mucha tarea de la maestría (y estaba leyendo "Los juegos del Hambre", de ese tengo mucho que decir, pero más adelante...), pues no había podido venir a contarles mis monstruosas aventuras.

De todo esto aprendí que cuando tu hijo se suelta a caminar y aprende a correr la quietud se ha terminado y el Little Monster pasa a estatus de Hulk en plena furia ascendente, así que el peque ha crecido y la hora de la curiosidad el "a ver", "mira" y "mío" reemplazan a los preciosos "mamá" cada que deseaba hacer algo.

De todo esto el resumen es: se espinó un dedo, le puso su primer madrina a uno de sus compañeritos de la escuela al mismo que después mordió, casi se voltea una cubeta de agua sobre la cabeza, salió volando al otro lado del patio donde casi se rompe la cara, pero la pelota que nunca soltó lo salvó de una buenísima raspada... La lista ya es interminable pero esos son los más destacados.

Además no sería divertido cuando veo a mí marido en las noches que me pregunta "¿qué hizo hoy mi Tuki?".

Así que mundo cuídate Hulk anda suelto y es un Toodler...  No le compren esa carita de no rompo un plato...