miércoles, 12 de diciembre de 2012

Situación sentimental vs estado civil

La molesta pregunta ¿cuándo se van a casar? se ha vuelto una letanía en mi familia, cada que la escucho de mi abuela la ignoro, cuando la escucho de mi mamá sólo digo "pronto" y cuando mi suegra me dice que mi abuela le dijo que quiere que me case con el Sr. Z, bueno ya no sé ni qué contestar, sobre todo cuando mi madre se aunó al comentario de mi abuela "cómo van a bautizar, mejor que de una vez se casen".

Como le respondí a mi madre un día que me harté "para mí el matrimonio no está en un papel", para mí estar casada tiene que ver con la manera en qué manejo mi relación, la manera en que me llevo con mi MARIDO ( y sí para mí es mi marido, con o sin papelito en mano), la forma en que él me habla, me respeta y sobre todo como me presenta.

Creo que hace muchos siglos perdimos la capacidad de respetar a nuestras familias y a nuestras parejas  y fue por ello necesario hacer leyes y reglas que se relacionaran con el matrimonio; según la Real Academia de la Lengua Española el matrimonio es "la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales", a mí eso de las leyes y los reglamentos no me gustan mucho, son necesarios, pero ¿por qué esa necesidad de poner el amor en términos legales?

En mi situación sentimental estoy casada, para cuestiones legales vivo en "unión libre", yo creo que el matrimonio debería ser eso una unión libre entre un hombre y una mujer que tiene de por medio el amor suficiente para formar una familia; tal vez si me hubiera gustado una ceremonia ridícula, pues es el sueño de cada niña que jugó con barbies, pero puedo vivir feliz sin ello pues ya tengo una hermosa familia de cuento de papá, mamá y bebo.

Sé que en algún momento tendremos que firmar esas legalidades para hacernos la vida más sencilla, pero si me lo vuelven a preguntar yo ya estoy casada sin formalidades. 

Lo que sí es que para el día que firme el papelito necesitaré algo nuevo (un vestido), algo viejo (el novio), algo prestado (mi hijo) y algo azul (quizá los zapatos); digo por lo menos sí me confrontaré a la legalidad seré supersticiosa. 

martes, 11 de diciembre de 2012

lactancia materna: la fea cara del IMSS

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la lactancia materna exclusiva es la mejor forma de alimentación para un bebé de los 0 a 6 meses y estoy completamente de acuerdo, he leído sobre el tema hasta el cansancio.Sin embargo, cuando se trabaja y no se tiene tiempo de ir a amamantar o extraerse la leche, la lactancia mixta es el primer paso que después se convertirá en lactancia con fórmula.

No es malo darle de comer a un bebé con fórmula, existen millones de casos de mamás que no pudieron dar pecho por diferentes circunstancias y estoy segura que tienen niños perfectamente sanos, no se vale satanizar a la mamás de fórmula. A mí me satanizaton el viernes y me negaron un derecho en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Mi Little Monster ya cumplió cinco mesesotes e iba a su revisión mensual, donde en todas y cada una de las anteriores se me entregaron cuatro latas de fórmula láctea, ya que soy madre trabajadora y saben que la lactancia materna exclusiva en este país para una mamá que trabaja es casi imposible; pero en esta ocasión no sólo me dijeron no le voy a dar su receta para la leche, sino que además me mandó a un curso para retomar la lactancia, hace cerca de tres semanas el Monstruo sólo tiene leche de mami a las 4 de la mañana, por lo tanto yo supongo que ya casi no hay leche, sino es que no hay y lo del bodoque ya es pura maña. Ante este escenario es imposible retomar la lactancia y menos en un curso con las trabajadoras de servicio social que no tienen más de 23 años y ni un sólo hijo, tal vez conocen del tema pero no me da buena espina ir a que me manoseen mis miserías y me regañen ¿con qué derecho?

Entonces después de 10 minutos de discutir con la doctora del IMSS para que me diera mi receta de la fórmula, no me la dio, pero esto no se iba a quedar así, por lo que tomé cartas en el asunto y llamé al IMSS para levantar una queja de manera directa, pero mientras levantaba mi queja descubrí que cada quien maneja los nuevos programas a su conveniencia, ya que resulta que el programa de lactancia materna exclusiva es para las madres que son afiliadas por parte de los maridos (es decir que tienen la oportunidad de estar en casa con sus hijos), no para las madres trabajadoras; además es para las chicas que están en edad escolar, están afiliadas y deciden que amamantar les "da hueva", para ellas es la implementación de ese programa; no para las que trabajamos como burras ocho horas diarias.

Pero cómo les dije me negaron un derecho y yo no me dejo, ya se levantó la queja, se reportó a la doctora y me darán un número de reporte con el que el coordinador de la clínica deberá entregarme mi receta para la leche, sé que suena a mucho drama por unas latas que bien puedo comprar en el súper, pero no es el hecho de comprarlas o no (porque finalmente ya se compraron), sino porque no se vale dejarse porque la gente entiende las cosas a su mera conveniencia, ni de las burocracias, todos tenemos derechos y obligaciones en cada sociedad, y si uno cumple cabalmente con sus obligaciones, ¿por qué debo aguantar que pisoteen mis derechos?

Lo justo sería promover una inciativa para que en México den seis meses de incapacidad para dar lactar a los niños como es debido ¿o no?

martes, 4 de diciembre de 2012

Ciudad en pedazos

Mi México está herido, hace 12 años se nos prometió una transición democrática que trajo consigo al presidente más risible de la historia de nuestra nación, tan cómico que el Sr. Fox rebautizó escritores, creó chistes (ahora comunes) como las "lavadoras de dos patas" y para finalizar tal seguidilla de tonterías se consiguió un vocero, el más conocido de la historia Don Rubén Aguilar con la valiosa frase "lo que el señor presidente quiso decir fue... ". Después de eso llegó Felipe Calderón con un dejo de rencillas tras él, ya que al colocarse en el poder como un "espurio" (que quedé claro que así lo llamaron muchos, yo no) el señor López se fue de gira por el país para decir que él era el verdadero presidente, hasta se sentó en una silla presidencial "pirata". Y hoy se levanta ante nosotros el presidente número 66 con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no se puede revolucionario e institucional al mismo tiempo, pero en México todo se puede.   

Lamentablemente mi ciudad se vio empañada de actos vandálicos el día de la entrega de la banda presidencial, lo que más me dolió fue Bellas Artes rayado, no es posible, hablan de cultura, de cambio, de no dejarnos de un dinosaurio, de crear un país mejor sin corrupción, de educación y te topas con que un sábado cualquiera se destruye el centro de tu ciudad, ese punto donde ha nacido todo, donde nació la gran cultura Mexica, donde la Revolución se peleó en cada esquina y donde yo nací como periodista.

Sé que dicen que fueron grupos de choque, que les pagaron, que nada tienen que ver con los #YoSoy132 (¡ups! debo tener cuidado porque seguramente les tendré que pagar el uso de su nombre aquí y en mi tesis), pero ¿qué pensar? cada quien cuenta la historia que más les conviene, pero a mí me preocupa más saber ¿quiénes fueron los vándalos?, ¿quiénes se atrevieron a  destruir mi ciudad y atacar a mis compatriotas?, todo con la excusa de que el PRI vuelve al poder, de que Enrique Peña Nieto es el regreso del priísmo que conocemos, del imperio que vivimos 80 años, lo cierto es que nada lo justifica, y saben que es el lo peor que a EPN no le pasó nada y como a nadie de su familia tampoco, le VALE MADRES EL DESASTRE DEL CENTRO.

El sexenio va iniciando, hay mucha gente en contra de aquel que ya vive en los Pinos, muchos dicen que no gano, pero saben si tú no votaste por él, no significa que el de al lado tampoco, yo lo viví en mi casa, cada quien votó por quien mejor le convino y en mi familia (tristemente) ganó el copetitos; afortunadamente nadie se aventó los platos.


No sé si sufrimos otro fraude electoral, a mí el único que me consta es el de Carlos Salinas y porque la historia la demostró, pero ¿en qué México queremos vivir? en uno de desmadres porque el PRI volvió al poder, por mucho desmadre que se haga aquel no se baja de su silla y gente como tú y yo recibe las pedradas en la calle y llora amargamente porque la cultura y la educación son destruidas día con día, porque nos importa más salir a hacer una marcha que educar a nuestros niños, ellos sí son el futuro de nuestro país, el cambio verdadero, no ese tipito que se peina con moco de gorila todas las mañana para verse guapo, perdón, el señor presidente; él sólo va a estar seis años, ¿y nosotros dónde vamos a estar?

Luchando con el demonio rojo

Este post fue inspirado por la bloggera Desmadrosa de Desmadreado, cuyo post titulado El desmadre de conducir con tu bebé, me recordó la peripecias que he pasado yo conduciendo (además de que debo admitir que soy fan de las publicaciones de esa mujer), pero en mi caso conducir con mi Little Monster ha sido todo un caso, pues aprendí a manejar "bien" una vez que él nació.


Durante los 26 años que tengo de existir sobre la tierra (casi 27) el conducir un auto se resumió en un Jeep de Barbie que tuve a los ocho años y que terminó destrozado con el paso de los años; cuando cumplí 16 años mi abuelo sacó mi permiso, pero nadie tenía tiempo de enseñarme hasta que a los 18, después de sacar la licencia de conducir PERMANENTE (¡oh sí fui de esas afortunadas!), me inscribieron a un curso de manejo que duró una semana, un mes después del curso mi mamá me dejó sacar su auto que terminó en la pared del vecino de enfrente, lo cierto es que sólo me subí a la banqueta, no le pasó nada al coche, pero mi mamá siempre dirá que me estrellé con la pared. Así que dejé de conducir, de ahí en adelante mi primo me sacó ocasionalmente para darme uno o dos consejitos para que quizá algún día pudiera conducir mi propio auto.

Yo ya estaba bien resignada a ser pasajera y usuaria constante del transporte público, hasta tengo mis tarjetas de metro y metrobus (lástima que no hay del tren ligero), cuando apareció en el mapa el Little Monster y la insistencia del Sr. Z (ese es mi marido) de convertirme en conductora (¡maldita sea mi suerte!), me compró un coche rojo al que bautizamos como "Hellboy", es por eso lo de luchando con el demonio. Una vez que el coche llegó a la casa había que enseñarme a conducir ADECUADAMENTE...

Afortunadamente el Hellboy es automático, pero además no les dije ¡¡¡vivo en Xochimilco!!! la zona rey del tránsito de la Ciudad de México, donde además las calles son reducidas, porque los queridos nativos construyeron donde quisieron y como quisieron, por lo que las calles están hechas a como Dios les dio a entender, además de que todo es cerro, por lo que las subidas y bajadas son endémicas (como los ajolotes), entonces un demonio automático es la opción.

Para ya no hacerles la historia tan larga a los dos días de conducir de manera frecuente (es decir Íker tendría un mes) me estampé con la parte trasera de un matiz (que por cierto son de plástico) que estaba estacionado en una bajada de una calle de dos vías, donde los espacios en ciertos momentos se reducen a un carril y además no hay banquetas (yo dije que era inevitable, mi marido y mi cuñado dicen que soy mensa). Aproximadamente una semana después un montón de vagos en un jetta viejo me pusieron un rayón con la intención de que me bajara (o no sé), pero al ver que eran seis hombres con cara de maleantes y yo con un bebé de un mes y días en la parte trasera decidí que sus intenciones no eran buenas y escapé de ahí (segundo asalto); y el tercero y último fue hace unas semanas cuando una estúpida camioneta de policía no me dejaba pasar a mi casa, estando a una calle, cuando me dijo "si cabe la dejo pasar", reto al demonio que llevo dentro y sí le acomodé un rayón del otro lado, al menos ya quedó parejo jajajaja y claro me gané un regaño en dosis del Sr. Z. 

Lo cierto es que aprender a manejar en la Ciudad de México, viviendo en Xochimilco y con un bebé de cuatro meses y medio como pasajero es el total referente de la frase "aprender a amar a Dios en tierra de indios".