Como mamá tengo reglas muy específicas para mí misma, como por ejemplo el Little Monster siempre irá en el asiento de atrás vaya con quién vaya y en su sillita. Podrá comer galletas y tomar su leche siempre que vaya en la sillita y ni de chiste irá jamás en el asiento del conductor.
Hace dos días rompí todas las reglas y fui la peor madre del mundo (en mis parámetros), pero dejen explico el por qué. Pretendí regresar temprano y rápido a mi casa porque había fiesta del pueblo y la mayor parte estaba cerrado por lo que sólo había un camino de entrada y de salida, de ahí en fuera cualquier camino era de mi desconocimiento.
Pues emprendí la aventura temprano del regreso a casa, un trayecto que a lo mucho me toma 45 minutos (con tránsito pesado) lo hice en cerca de dos horas y todo porque el único camino que existía decidieron cerrarlo porque estaban festejando aquellos a los que les correspondía ser los próximos mayordomos del santo del pueblo. Entonces decidí ser chingona y llamé a mi marido para que me diera un camino alterno, les voy a resumir que me perdí cerca de una hora 45 minutos con un Little Monster enfermo de gripe, que fallecía de hambre y sueño, por que ese tiempo fue acompañado de gritos desgarradores, los cuales me dolían más cada segundo porque estaba enfermo de la garganta y cada grito lo lastimaba más.
Terminé en una fila larguísima para ingresar al camino a casa, que iba muy lento y que me tomaría quizá otra media hora para llegar, entonces me cansé, me harté de escuchar a mi mounstrito llorar, así que lo saqué de la sillita de bebé y lo senté en el lugar del copiloto, el llanto cesó y él era extremadamente feliz porque iba adelante y el auto se movía.
El problema reinició cuando nos cambiaron de camino y un policía me regañó por llevarlo al frente a lo que respondí "lleva casi dos horas llorando, tiene sueño y hambre, si quiere le doy las llaves de mi coche y lléveme a casa" a lo que el oficial respondió "vaya con cuidado". Unos metros más adelante el tránsito volvió a ser lento y lo que el pequeño hizo fue levantarse del asiento pararse sobre mí y recargar su cabeza en mi hombro para dormir.
Ya está por demás decirles que infringí todas las reglas que me puse sobre el monstruo y el auto, pero el llegar con el técnicamente cargado fue la cereza de la quebrantación, pero me lo permití y me lo perdoné porque mi niño moría de resfriado, así que por esta ocasión me lo permití, pero espero que no vuelva a suceder, porque en esto de ser madre los NUNCAS mueren cada cuarto de hora..
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